La felicidad



Hace tiempo leí un libro de un argentino, Jorge Bucay, titulado "Camino de la felicidad". La verdad es que el libro no me gustó mucho (más bien poco) aunque tenía aspectos interesantes que son en los que basaré esta reflexión.

Un primer aspecto a destacar es que afirma que la felicidad es cosa de uno, que está en manos de cada uno. Depende de una búsqueda personal e intransferible, una postura incondicional hacia la propia vida. Oí una vez a otra persona que aseguraba que para ser feliz lo primero es querer serlo. Es decir que la felicidad hay que buscarla y trabajarla, bueno, como todo… Creo que es una verdad como un templo. Creo que es bueno levantarse cada día con ganas de ser feliz, renovar cada día esas ganas.

Tengo el convencimiento que solo valoramos aquello que nos ha costado conseguir, que no nos ha venido dado… Ser guapo, rubio, o alto no es mérito de la persona, es pura biología, puros cromosomas. En cambio estar en forma, conseguir el amor de alguien que no nos lo pone fácil, o ahorrar para conseguir el dinero necesario para poder comprar algo que deseamos, eso cuesta un esfuerzo y, a veces, también requiere un poco de suerte…

Cuando lo conseguimos estamos muy orgullosos de ello y lo valoramos como un gran logro, intentaremos conservarlo tanto como podamos por lo que costó lograrlo y porqué conseguirlo nos ha producido cierto placer. Puede que por eso, porque lo que vale cuesta, lo que acaba valiendo de una persona sea su forma de ser, su carácter, su personalidad… en resumen lo que ha hecho esa persona de si misma. Del mismo modo que lo que acaba valiendo de un paquete es su contenido (el interior), no el envoltorio (su aspecto externo), aunque muchas veces sea ese envoltorio lo que lo hace atractivo…

Por otro lado Jorge Bucay afirma: "Ser feliz no quiere decir necesariamente estar disfrutando, sino vivir la serenidad que me da saber que estoy en el camino correcto hacia algo placentero, disfrutable, hacia algo que tiene sentido para mi".

Y sigue con la consideración de que no se debe confundir la felicidad con el éxito, ni con el placer, ni esperar que el amor nos dé la felicidad, ni el ser feliz depende de que tengamos todo aquello que podamos necesitar. Tampoco es la ausencia del dolor… En realidad se trata de que la vida, mi vida, tenga sentido y propósito, es decir, saber uno hacia donde va.

En realidad creo que el dolor, los malos momentos, los bajones también hay que vivirlos y disfrutarlos, y es que sin ellos los otros momentos, los dulces, los álgidos, los de euforia, no tendrían sentido o perderían la mayor parte del que tienen. Es decir, creo que los malos momentos también forman parte de nuestra posible felicidad. Dicho de otra forma, no hay felicidad sin dolor, contratiempos, bajones…

No es una exclusiva del adolescente pasar malos ratos, se debe aprender a entender que es algo normal para todos, que es cotidiano… Aunque hay que evitar quedarse con los malos ratos. Quedarse ahí, hundido por un mal trago, es como revolcarse en la mierda, ya que cuanto más nos revolquemos en ella más apestará...

Jorge Bucay plantea cuatro propósitos básicos. Asegura que para poder ser feliz todos debemos tener un propósito, sea de tipo que sea y que todos los propósitos derivan de cuatro modelos o paradigmas básicos. Bucay aclara que los propósitos no deben ser una meta, sino un rumbo… Sus cuatro propósitos cardinales (que es como los llama él) son:

1. La búsqueda del placer (el goce de vivir la vida, disfrutar de aquello que me da placer)
2. Perseguir el poder (tener cada vez más poder, sin que necesariamente perjudique a otros o me aproveche de mi situación de ventaja)
3. La trascendencia (transmitir algo que sé, que hago o que aprendí, ahora o en el futuro… También incluye en este propósito el paraíso que ofrecen las religiones)
4. Cumplir una misión (luchar por hacer o alcanzar algo, que asegura que debe ser inalcanzable para que no sea una simple meta)

Para mí que en estos casos uno nunca hay algo puro, casi nadie se mueve en uno de esos propósitos solamente. Así, por ejemplo, en mi caso creo que me quedo entre el primero y el tercero con pequeñas trazas de los otros dos… Y me gusta que sea así porque sé que las buenas soluciones, las equilibradas, suelen ser soluciones de compromiso entre las diversas opciones que a veces incluso se contraponen.

No somos muchos los que creemos en los adolescentes, en que sus criterios suelen mejores de lo que la mayoría cree, pese a sus inseguridades, dudas e inexperiencia... A pesar de eso creo que el adolescente también tiene derecho a ser feliz y, aún diría más, creo que tiene la obligación de luchar por su felicidad, aunque por su inexperiencia tenga más probabilidades de equivocarse. Nadie debería dejar que otros decidan por él, siempre es mejor equivocarse... No olvidemos que la experiencia es lo que uno aprende de los propios errores... Uno suele aprender poco de sus aciertos, en cambio puede aprender mucho de sus errores.

Un abrazo.

(Escribí la primera versión de este texto el 27 de agosto de 2008 para Luckitas y la publiqué en mi blog el 19 de setiembre del mismo año)




7 comentarios:

Seu dijo...

Que gran verdad es esa de que cada uno tiene su propia felicidad y que hay que trabajarla, en serio, es una lástima que al gente no se de cuenta de ello... o que a veces lo olvidemos...

En realidad... jo este post es bien bonito e interesante la verdad. Gracias por el aporte :)

Manuel dijo...

Me gusta mucho tu reflexión...a raiz de un libro tan superfluo como la bibliografía de Bucay has llegado a conclusiones con las que estoy en sintonía. Tengo 26 años y admito que he perdido muchos años de mi vida aferrándome a la idealización de la felicidad. Pero bueno...cada uno tarda el tiempo que tarda en fabricar su personalidad, en encontrar los materiales idóndeos para construirse con un mínimo de durabilidad. He estado largo tiempo sumido en los fracasos de mis precogniciones y una falta de fe en mi mismo brutal...pero bueno..cada uno debe encontrarle el sentido a lo de "encontrar su camino" sin crisparse ante tal abstracción verbal...es cuestión de cogerle el tranquillo.

Anónimo dijo...

Seu:
Gracias a ti por leerlo y me alegra mucho que te haya gustado. Creo que si todos fuéramos conscientes de esta realidad en el mundo habría mucha más felicidad...
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McM:
Me alegra que te haya gustado. Evidentemente todos tenemos nuestros ritmo, si te consuela, a mí me costó más años descubrirlo... Pero me gustaría que esta reflexión pudiera ayudar a alguien a llegar antes a esa misma conclusión y a encontrar su camino, aunque solo fuera a una persona.
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Muchas gracias a ambos por el comentario.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Quizás nos perdemos muchas veces en buscar la felicidad allí donde no la hay y dejamos ver los momentos cotidianos, como por ejemplo salir de marcha con los amigos, ir al cine y comer palomitas. Una de las cosas que me han dicho en estos ultimos días, es que no planifique más allá del presente. Me hicieron cerrar los ojos y que dijera el siguiente pensamiento que tuviera. Curiosamente, no había nada, y la razón es que no debo pensar en el futuro, sino en el hoy.

Esperemos que así sea por mucho tiempo y que poco a poco podamos lograr lo que cada uno busca.

Un beso cielo

Anónimo dijo...

alex:
Creo que lo más importante es que tu vida tenga sentido para ti, eso de va a permitir disfrutar los pequeños detalles y pasar por las amarguras que indefectiblemente llegan sin hundirte...

Un abrazo.

Yagoloro dijo...

Holap!

Bravo, bravísimo. Genial reflexión sobre un tema siempre actual y preocupante, y con cita además a uno de los grandes de la literatura, :)
¿Qué más se puede pedir?
Me ha gustado mucho eso de "que no sea una meta sino el camino a seguir". Eso sí, hay que tener una clara flexibilidad para no apabullarse ni venirse atrás porque esa meta no llega nunca, entender que no es meta sino camino. De lo contrario puede desecharse el camino elegido a mitad de él.

Gracias, ;)

Anónimo dijo...

Yagoloro: En primer lugar pido disculpas por no haber visto tu comentario hasta hoy. No tengo excusa.

Gracias a ti, me alegra mucho que te haya gustado y que lo hayas entendido tan bien. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar", escribió Antonio Machado.

Muchas gracias por leer mi texto y muy especialmente por haber dejado tu comentario.

Felices fiestas y un fuerte abrazo.

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