Pascual al despertar lo primero que pensó fue: Mañana comienza el curso, ¡6º de Bachillerato!... Le imponía un poco la idea de tener ya 16 años.
Ese verano, en Alba, había sido para él como podría serlo en cualquier otro pueblo de Castilla. Había aprovechado para bañarse algún día en el río, recorrer con la bicicleta todos los alrededores, ayudar a su madre con ciertos arreglos en la casa, pero sobre todo con lo que más había disfrutado, leer novelas de Julio Verne...Si, ese verano se había leído cuatro...
Le encantaba, después de comer, cuando su madre junto con la vecina se quedaban en el salón cosiendo mientras oían la radio, subirse a su dormitorio, y con el único sonído metódico del reloj de péndulo imaginar las maravillosas aventuras de Miguel Ostrogoff, Impey Barbicane o El Capitán Nemo...
Adoraba las Ciencias Naturales disfrutaba con las historias de aquellos descubridores que habían ido a África o Asia encontrando toda clase de especies exóticas...Aunque debía hacer caso a los consejos de su difunto padre, poseedor de una próspera tienda de ultramarinos en la plaza, y estudiar Comercio. Su madre tenía razón, no debe uno dejarse llevar por la pasión y el deseo, si no por la razón, la rectitud y lo correcto.
Terminadas todas las tareas que le había encomendado su madre, mataba el tiempo mirando, a través de los ventanales de la galería, los caminantes que de vez en cuando pasaban por la calle...De repente un ruidoso camioncillo cargado de muebles paró a la altura de la casa de enfrente y de él bajo un hombre alto y delgado, pero muy activo, dándole toda clase de indicaciones al camionero, que había salido justo detrás de él. Abrieron la puerta y se perdieron en el interior de aquella casa. En ese mismo instante surgieron del camión una mujer pelirroja de piel clara hablando con un chico que parecía su hijo. Durante el resto del día aquella familia estuvo en un contínuo ir y venir trasladando todo tipo de muebles.
-¡¡Pascuaaaal a comeer!!...Se sentó a la mesa mientras su madre servía la sopa del cocido...
-Madre, ¿has visto que tenemos nuevos vecinos?
-Si, hijo...me gustaría esta tarde pasarme a saludar y a darles la bienvenida.
Solían comer en silencio mientras escuchaban las noticias de la radio, así pues no hablaron mucho más salvo algún comentario de queja de su madre, más partidaria de Alfonso XIII que de la República...y eso que 1935 estaba siendo un año algo más tranquilo que el anterior...
Pascual pensaba como su madre, aunque en realidad le aburría un poco la política...Prefería, en ese rato, imaginar las maravillosas plantas, o extraños indígenas que encontró el Profesor Livingstone en su exploración por el Nilo y el lago Victoria...
Esa tarde fueron a visitar a los nuevos vecinos para ofrecerles té o café con dulces. Llamaron a la puerta y abrio el hombre que se presentó como José. Aceptó la invitación muy sonriente y dijo:
-Espere que aviso a Adèle, mi mujer, y a Matías, mi hijo...
La merienda se alargó bastante rato, estuvieron contándose un poco sobre la vida de cada uno, aunque finalmente acabaron haciéndose dos grupos. Por un lado los padres y por otro los hijos. La impresión que le quedó ese día sobre Matías no fué muy buena. No le había caído demasiado bien, sólo era un año mayor y sin embargo se las daba como si tuviera mucha más experiencia sobre la vida que él, además le molestaba el tono algo sarcástico con que respondía a alguna de sus preguntas...
Después de que los vecinos se fueran no sucedió nada más de importancia.
Al día siguiente fue al instituto, la verdad es que no le suponía mucha novedad pues a casi todos los compañeros los había visto a lo largo del verano por el pueblo. De camino a la clase se cruzó con Matías pero no le prestó gran interés. Las asignaturas fueron sucediéndose a lo largo de la mañana hasta que llegó Literatura.
Cuando entró el profesor, se quedó sorprendido: ¡Era José, el vecino! Casi todos los catedráticos eran señores mayores, vestidos con trajes oscuros, muy serios y que trataban a los alumnos de usted. Sin embargo José iba en camisa y muy sonriente dijo:
-Demos un paseo por el pueblo.
Habló poco mientras andaban, pues el ejercicio que propuso fue que cada uno inventara una historia con algo de lo que en esa hora viese.
Cuando terminó su clase volvieron al instituto y se despidió diciendo:
-La literatura no es más que la forma de expresarse del ser humano a lo largo del tiempo.
Todos los alumnos se quedaron cuchicheando sobre lo raro que era el nuevo profesor...Pascual tenía ganas de llegar a la casa e inventar su historia.
Continuará...
Ese verano, en Alba, había sido para él como podría serlo en cualquier otro pueblo de Castilla. Había aprovechado para bañarse algún día en el río, recorrer con la bicicleta todos los alrededores, ayudar a su madre con ciertos arreglos en la casa, pero sobre todo con lo que más había disfrutado, leer novelas de Julio Verne...Si, ese verano se había leído cuatro...
Le encantaba, después de comer, cuando su madre junto con la vecina se quedaban en el salón cosiendo mientras oían la radio, subirse a su dormitorio, y con el único sonído metódico del reloj de péndulo imaginar las maravillosas aventuras de Miguel Ostrogoff, Impey Barbicane o El Capitán Nemo...
Adoraba las Ciencias Naturales disfrutaba con las historias de aquellos descubridores que habían ido a África o Asia encontrando toda clase de especies exóticas...Aunque debía hacer caso a los consejos de su difunto padre, poseedor de una próspera tienda de ultramarinos en la plaza, y estudiar Comercio. Su madre tenía razón, no debe uno dejarse llevar por la pasión y el deseo, si no por la razón, la rectitud y lo correcto.
Terminadas todas las tareas que le había encomendado su madre, mataba el tiempo mirando, a través de los ventanales de la galería, los caminantes que de vez en cuando pasaban por la calle...De repente un ruidoso camioncillo cargado de muebles paró a la altura de la casa de enfrente y de él bajo un hombre alto y delgado, pero muy activo, dándole toda clase de indicaciones al camionero, que había salido justo detrás de él. Abrieron la puerta y se perdieron en el interior de aquella casa. En ese mismo instante surgieron del camión una mujer pelirroja de piel clara hablando con un chico que parecía su hijo. Durante el resto del día aquella familia estuvo en un contínuo ir y venir trasladando todo tipo de muebles.
-¡¡Pascuaaaal a comeer!!...Se sentó a la mesa mientras su madre servía la sopa del cocido...
-Madre, ¿has visto que tenemos nuevos vecinos?
-Si, hijo...me gustaría esta tarde pasarme a saludar y a darles la bienvenida.
Solían comer en silencio mientras escuchaban las noticias de la radio, así pues no hablaron mucho más salvo algún comentario de queja de su madre, más partidaria de Alfonso XIII que de la República...y eso que 1935 estaba siendo un año algo más tranquilo que el anterior...
Pascual pensaba como su madre, aunque en realidad le aburría un poco la política...Prefería, en ese rato, imaginar las maravillosas plantas, o extraños indígenas que encontró el Profesor Livingstone en su exploración por el Nilo y el lago Victoria...
Esa tarde fueron a visitar a los nuevos vecinos para ofrecerles té o café con dulces. Llamaron a la puerta y abrio el hombre que se presentó como José. Aceptó la invitación muy sonriente y dijo:
-Espere que aviso a Adèle, mi mujer, y a Matías, mi hijo...
La merienda se alargó bastante rato, estuvieron contándose un poco sobre la vida de cada uno, aunque finalmente acabaron haciéndose dos grupos. Por un lado los padres y por otro los hijos. La impresión que le quedó ese día sobre Matías no fué muy buena. No le había caído demasiado bien, sólo era un año mayor y sin embargo se las daba como si tuviera mucha más experiencia sobre la vida que él, además le molestaba el tono algo sarcástico con que respondía a alguna de sus preguntas...
Después de que los vecinos se fueran no sucedió nada más de importancia.
Al día siguiente fue al instituto, la verdad es que no le suponía mucha novedad pues a casi todos los compañeros los había visto a lo largo del verano por el pueblo. De camino a la clase se cruzó con Matías pero no le prestó gran interés. Las asignaturas fueron sucediéndose a lo largo de la mañana hasta que llegó Literatura.
Cuando entró el profesor, se quedó sorprendido: ¡Era José, el vecino! Casi todos los catedráticos eran señores mayores, vestidos con trajes oscuros, muy serios y que trataban a los alumnos de usted. Sin embargo José iba en camisa y muy sonriente dijo:
-Demos un paseo por el pueblo.
Habló poco mientras andaban, pues el ejercicio que propuso fue que cada uno inventara una historia con algo de lo que en esa hora viese.
Cuando terminó su clase volvieron al instituto y se despidió diciendo:
-La literatura no es más que la forma de expresarse del ser humano a lo largo del tiempo.
Todos los alumnos se quedaron cuchicheando sobre lo raro que era el nuevo profesor...Pascual tenía ganas de llegar a la casa e inventar su historia.
Continuará...
7 comentarios:
Me encanta! Percibo muy buen rollete con el desarrollo de esta historia.^^
Por qué no para de darme la sensación de que Pascual es un poco el típico niño repelente, osea, igual que yo( Porque yo era bastante repelente), pero mucho más inocente. ¿Me equivoco?
ya me dirás cosas ^^ Dew
Hola!
Os he dejado un premio en mi blog ;)
Pasaros cuando querais.
PD:Interesante historia
Nos leemos!
Matt Rawr!
Un principio muy prometedor. Curso de 1935-36... Con un final espectacular.
Ya estoy esperando la segunda parte.
Un abrazo.
sí, a ver qué pasa en esa clase tan exótica, jajaja.
-Bacteria: Ni yo mismo se si Pascual es repelente o que entoces los chavales eran así...xD...si vieras lo difícil que me ha resultado ambientar la gente de aquella época :-O
Inocente... U_U ya verás en los siguientes cápitulos :)
-Matt Rawr: Gracias...:)...espero estar a la altura de tus historias que están way ;)
-Peace: Hay 3 capítulos más después de éste :$
Y sí, el 18 de Julio de 1936 llegará ;)...espero no meter demasiado la pata con las referencias históricas... :-O
Un abrazo!
-Z: jajajaja...exótica la clase, exótico el personaje y algunos dicen que el autor también es un poco exótico :P
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Gracias a todos por vuestros comentarios :)
Me ha gustado el estilo del nuevo profesor ^^ Me recuerda a 'El club de los poetas muertos' :)
-Seu: jajajajajaja...¡cómo me conoces! :D...¡¡me las pillas todas!! :$
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