Física... o Química?

No soy seguidor de la serie. Lo he sido en su momento, pero la verdad es que, en la inconstancia que me caracteriza, me fui cansando. Supongo que un poco como nos sucede a muchos en esta sociedad actual. El caso es que, con el tiempo, dejé de ver la serie, en gran medida motivado por el cambio de horarios y días de emisión, y también por los eternos cortes de anuncios publicitarios que hacen que se te suba la bilis a la boca pues cortan siempre las escenas en el momento más inoportuno del modo menos casual que se pueda imaginar, obviamente.

Sea por hache o por be, el otro día me enteré gracias a Brekiaz y su blog I´m not lost, just undiscobered, del final de la serie, o más bien de una temporada o, al menos, de una relación que, en lo personal, era la que más me importaba de toda la trama argumental. Y aviso en este punto de que este post contiene Spoilers, que para los que no tengan ni idea de inglés significa que voy a fusilarles el argumento de algún capítulo así que si no quieres desanimarte o que te chafe la sorpresa, no leas más. Pero claro, yo lo que quiero es que me lean el post, así que mejor sigue leyendo, jajajaja.

Me refiero, obviamente (¿alguien se ha olvidado de qué temática tiene este blog?) a la relación de Fer y David. Para quienes no lo sepan, Fer es un personaje que lleva (llevaba) en la serie desde sus comienzos. Durante la evolución de la serie, es probablemente el personaje que mayor cambio ha experimentado, en lo argumental y en lo físico, pasando de ser el chico tímido y en cierto punto retraído que caracteriza con frecuencia a cualquier adolescente en su proceso de maduración, a un joven reivindicativo que termina haciendo gala de su condición homosexual con la sucesión de capítulos. De hecho, termina teniendo un poco de sobreactuación desde mi punto de vista, pero éste es un comentario completamente personal y sujeto, por tanto, a múltiples críticas así que no sean ustedes muy crueles conmigo, jeje.

Por fín, y tras muuuuuuuuuchos conflictos (creo que costó menos ensamblar las piezas de la Estación Espacial Internacional, con eso lo digo todo) termina encontrando el amor en David, encarnado por el joven (y, debo decir, atractivísimo) actor Adrián Rodríguez, encarnando el ideal de pareja homosexual en el que el chico rarito e incomprendido del principio de la serie se convierte en el representante del amor y es feliz y todo huele a flores y blablabla.

Hasta ahora. Porque se fue todo a la porra. Resulta que algún guionista tuvo la feliz idea, supongo que achuchado para subir la audiencia de la serie, de que convenía deshacerse del personaje de Fer. Y, en vez de mandarlo a Madagascar a hacerse explorador o descubrir una nueva especie de lémures, le endosan un disparo de escopeta entre pecho y espalda y lo mandan lejos, sí, pero no a Madagascar, sino al nicho del cementerio. Las dudas que me asaltan son dos: Por un lado, si era necesaria tanta violencia en una serie para adolescentes. Porque no es la primera -ni la segunda- muerte de este grupo de amigos que protagonizan la serie, y eso que presumen de poner tramas realistas pero es que a ese instituto parece que lo haya mirado un tuerto (vaya toda mi solidaridad para con los tuertos, no es culpa mía el uso que se puede hacer del idioma). Tanto es así que si yo fuera padre no se me ocurriría meterlo en el instituto con la tasa de criminalidad más elevada del mundo mundial (y no sólo criminalidad, porque también hay una endogamia profesoril de mucho cuidado, eh, pero bueno, sólo faltaba que me dedicase ahora a criticar con quién se acuesta la gente, jajajaja).

La segunda duda que me surge, y es la que más me indigna es... si había que añadir algo de morbo a la trama, si había que producir un cambio chocante en el argumento, si era necesario subir la audiencia de algún modo... ¿Tenía que ser precisamente el personaje homosexual, después de todos los abatares que ha sufrido en su búsqueda del amor, el que terminase con el pecho reventado por un balazo una vez que había encontrado la estabilidad emocional? Porque esto es lo malo de poner un toque homosexual en una serie coral. Que si fusilas (en este caso, literalmente) al personaje que encarna a ese colectivo, te cargas de un plumazo todo lo que éste representa. Y casi parece que la moraleja sea que si eres homosexual tendrás que luchar mucho por encontrar el amor. Para que, cuando lo logres, termines con un balazo en el corazón. Pues qué bonito ¬¬