La Señora del Tren



Hacía mucho calor y Pablo permanecía en el sofá del salón, medio tumbado, con la vista perdida en el lento movimiento del ventilador del techo...estaba pensativo...

Siempre había sido un chico muy inquieto, haciéndose preguntas de difícil respuesta...¿por qué no sería como esos otros chavales que tomaban las cosas tal y como venían?

Se sentía muy distinto a los habitantes del pueblo, un bonito pueblecito de la sierra, y aunque era bueno y de trato agradable sentía que no tenía ningún verdadero amigo...de hecho empleaba su tiempo libre en leer...aunque también le gustaba la radio, que era toda una novedad, no hacía mucho que había llegado, y le parecía maravilloso que alguien de la Capital hablase y que a través de ondas él pudiera escucharlo...había disfutado mucho el día que encontró aquel libro de ciencias que explicaba como funcionaba...

Si, sus gustos no eran iguales a los de sus compañeros de clase...si confesara quién le atraía le dirían cosas muy feas...y seguro que su madre lo llevaría de inmediato a la iglesia donde le hablarían del "pecado" que suponía pensar eso y de que no era "lo natural"....

Por eso mismo él habia optado por el silencio que, lentamente, se había convertido en tristeza por no decir lo que realmente era y por no poder decir a quién realmente amaba...

Le gustaba pasear en bicicleta por la alameda hasta la estación del tren y pararse junto a las vías mientras lo veía acercarse...sólo que ese día, sin pensarlo dos veces, lo cogió...no sabía donde le llevaría...pero eso era lo de menos...

Cuando entró en el compartimento había una señora mayor, de pelo blanco y con un bonito sombrero. Muy sonriente, y con un susurro, le saludo.

El tren empezó a soltar nubes blancas de vapor y lentamente, resoplando con esfuerzo, inició la marcha.

Pablo se sentía observado pero permanecía con la cabeza girada hacia la ventanilla porque le daba vergüenza mirar a la señora...

Finalmente ella, con su voz fina y algo temblorosa, dijo:

-Hijo, no estés triste...tus sentimientos no son tan malos como te quieren hacer creer...

Muy sorprendido y algo asustado volvió la cabeza:

-Jamás la había visto antes...¿de que me conoce?

-Se de tí más de lo que piensas...

Pablo no sabía que contestar, estaba desconcertado...se hizo el silencio, ahora sólo se oía ese traqueteo tan carácterístico de los trenes al pasar sobre las vías y el esporádico tintineo de las campanillas de los pasos a nivel...

Ella pausadamente, como todo lo que hacía, volvió a hablar:

-Voy a tomar un té al vagón restaurante...¿Quieres venir?

-No, no...muchas gracias prefiero permanecer aquí

-Sabía que me dirías eso, aún así me gusta desafiar al destino...

El chico no contestó, se limitó a mirarla con curosidad y asombro mientras ella se levantaba, fijándose en lo elegantemente que iba vestida, en que ahora parecía más ágil y joven que antes y, sobre todo, le llamó la atención su bonito bastón, en cuyo puño de plata había dos leones y unas inscripciones con letras desconocidas para él.

-Hijo, ¿te apetece resolver un acertijo?

Pablo tardó pero finalmente respondió que sí, la señora estaba empezando a inspirarle confianza...y la verdad es que le encantaban los acertijos...


Un viajero es atrapado por dos bandidos que, a parte de robarle todas sus pertenencias, le dicen:

Si nos cuentas algo que es mentira te mataremos lentamente, si por el contrario es verdad, te mataremos rápidamente.

¿Que les contó el viajero para que no le mataran?


-No todos han dado con la solución, sin embargo cuando yo vuelva de tomar el té tu sabrás la respuesta.

Durante un buen rato el tren fue serpenteando, con la ayuda de túneles y puentes, las verdes estribaciones de aquella Sierra, y justo antes de llegar a la siguiente estación, la señora volvio a entrar en el compartimento.

Pablo, muy alegre y sonriente, la miró:

-¡Ya tengo la respuesta!

Es una cosa curiosa que el protagonista sepa la solución y el narrador no...quizá algunos os animeis a ayudarme ^^ y así poder seguir con con la historia :)...

2 comentarios:

Descubridor dijo...

Creo que el viajero guarda silencio y no dice nada. Así no dirá ninguna verdad ni ninguna mentira...

Y posiblemente la señora lo use como metáfora sobre su comportamiento.

Vimes dijo...

La única respuesta posible es "vais a matarme lentamente".

-Si fuera verdad, le tendrían que matar rápidamente y entonces sería mentira.

-Si fuera mentira, le tendrían que matar lentamente y entonces sería verdad.

Un acertijo un poco viejo... :p

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