Era el primer domingo del mes de marzo, como otro día cualquiera quedé con mis amigos para comer. Esa vez era algo distinta, elegimos el lugar que yo quise, el día y la hora que yo quise, nunca imaginé que ese día cambiaría el resto de mi vida.
Como si paseasemos por aquel centro comercial pasamos por delante de la tienda en la que ella trabaja. Yo, tan descarada como siempre, miré a aquella chica rubia que había conocido días atrás. No sé si serán las hormonas o que, pero centré la mayor parte de mi atención en su precioso trasero.
Después de comer y ver como iba a tomarse un café, no pudé evitar el ir detrás de ella para saludarla, como no, me dió dos besos y se fue. Me quedé totalmente petrificada, no sabía como reaccionar. Me temblaba todo, de pies a cabeza. Cuando salimos a tomar el aire, mis amigos y yo, la volví a ver, esa vez ya no me corté y le dije lo que pensaba. Nunca me arrepentiré de aquello.
Pues por aquella actitud, por ese desparpajo que me caracteriza, y por esa fe que tengo en luchar sin rendirme, hoy, soy quien soy. Bueno, más bien, somos lo que somos. Pero ante todo, me he convertido gracias a haber luchado por lo que he querido, en la persona más feliz del mundo. He crecido a base de luchar contra viento y marea, he madurado. Y ante todo... he vivido
Nunca deis la espalda al amor, si luchais por lo que de verdad creeis, recibireis una buena recompensa.
Como si paseasemos por aquel centro comercial pasamos por delante de la tienda en la que ella trabaja. Yo, tan descarada como siempre, miré a aquella chica rubia que había conocido días atrás. No sé si serán las hormonas o que, pero centré la mayor parte de mi atención en su precioso trasero.
Después de comer y ver como iba a tomarse un café, no pudé evitar el ir detrás de ella para saludarla, como no, me dió dos besos y se fue. Me quedé totalmente petrificada, no sabía como reaccionar. Me temblaba todo, de pies a cabeza. Cuando salimos a tomar el aire, mis amigos y yo, la volví a ver, esa vez ya no me corté y le dije lo que pensaba. Nunca me arrepentiré de aquello.
Pues por aquella actitud, por ese desparpajo que me caracteriza, y por esa fe que tengo en luchar sin rendirme, hoy, soy quien soy. Bueno, más bien, somos lo que somos. Pero ante todo, me he convertido gracias a haber luchado por lo que he querido, en la persona más feliz del mundo. He crecido a base de luchar contra viento y marea, he madurado. Y ante todo... he vivido
Nunca deis la espalda al amor, si luchais por lo que de verdad creeis, recibireis una buena recompensa.
2 comentarios:
La actitud positiva siempre da un buen resultado :)
Siempre hay que luchar por alcanzar lo que uno desea. Pocas son las csas que se consiguen sin esfuerzo, y esas acabamos no valorándolas...
Un abrazo.
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