La belleza de la perfección.



Es para él un recuerdo ya lejano que tras las calurosas y rojizas tardes de Castilla llegaba la parte más fascinante del día: ¡La noche!

Para los ojos de un niño de ciudad acostumbrados a ver siempre un cielo anaranjado era un acontecimiento observar, al ir cayendo el oscuro telón nocturno, en los veranos del pueblo, los miles...no más aún... millones de puntitos blancos, lejanas estrellas, que aunque caóticamente distribuidas formaban hermosas figuras.

Lentamente año tras año fue aprendiendo sus posiciones y nombres, muchos de ellos provenientes de observadores de la antigüedad que también fascinados por ellas, al principio, las asociaron con los Dioses. Pero al igual que los niños tienen una sed insaciable de respuestas, acabó surgiendo una civilización, la griega, que no se conformaba con la mitología y quiso llegar mucho más allá en su búsqueda de conocimiento...

Filósofos, amantes de la sabiduría, pacientemente observaron que las estrellas describían en el firmamento, día tras día sin descanso, la única curva, para ellos, perfecta: La circunferencia. Sólo las figuras que cumplieran ciertas características, eran perfectas y por lo tanto bellas, tanto era su obsesión por estos cánones que estaban ciegamente convencidos de que necesariamente el orden natural también debía cumplirlos.

Sin embargo aparecieron seis estrellas que se resistían a viajar en circunferencias, tal es así que las llamaron errantes...quizás es que se equivocaban en su camino...quizás es que se encontraban perdidas...no había explicación para ellas...y suponían el sufrimiento de aquellos filósofos que no lograban desentrañar la verdad, el único fin de su existencia. Hasta que alguien resolvió el problema: Si unimos dos curvas perfectas se explica su movimiento, no es simple, pero cumple con el cánon de belleza...

Aprender todo esto lleva años, los mismos que hicieron a nuestro niño, amante del cosmos, cambiar de etapa y empezar a procuparse por algo nuevo. Ve a cantantes, presentadores de programas, actores de series, películas o anuncios con cuerpos de hermosas proporciones, rebosantes de juventud, radiantes de alegría. ¡Son tan perfectos!

Quizá si viste como ellos, se peina como ellos, intenta comportarse como ellos..., será como ellos alcanzado la meta de la perfección y por tanto ¡Seré feliz!

Sin embargo cuando se pone frente al espejo se ve bajito, con la nariz un poco grande, y la piel demasiado blanca... ¡Cuántos defectos!

Se convence que se desvía del cánon de belleza, y se acompleja por ello, hasta tal punto que deja de relacionarse con otras personas, especialmente con una por la que siente algo especial, por vergüenza, porque se ve inferior. Acaba diciéndose: ¡Soy muy desgraciado!

Hace no mucho le explicaron algo, bueno, que ya sabemos todos: Los planetas viajan describiendo elipses.

Al acabar la clase nuestro amigo venía pensando:

...elipses...elipses...elipses...La elipse,esa curva que los griegos no veían bella por considerarla la copia imperfecta de la circunferencia... y al final resulta que esa era la explicación para las errantes...No eran estrellas, si no planetas girando elípticamente...

O sea, que la imperfección era el camino hacia la verdad...la máxima belleza para un filósofo... ¿O quizás es que la elipse era imperfecta sólo porque ellos la consideraban como tal?

Todo esto pasa a segundo plano cuando al llegar a su casa empieza el último capítulo de la serie que sigue donde todos sus personajes son guapos, van a la última moda y son ricos.
¡Quien fuese como ellos!

Aunque algún día, estoy convencido de ello, llegará más lejos y recordando a los griegos se preguntará:

¿Existe el físico perfecto o es simplemente un criterio arbitrario?
¿En el cuerpo y la juventud es donde reside la belleza de las personas?

3 comentarios:

Seu dijo...

Curioso...
Creo que lo del físico es completamente arbitrario... hay gente que se enamora de cuerpo esculpidos en mármol, otros que prefieren un cuerpo menos formado, gente que prefiere las curvas...
La belleza reside en aquello que somos capaces de apreciar.

Jesse dijo...

Se podría afirmar que todos nos regimos por un cierto cánon de belleza que ha perdurado durante muchos siglos, y ásí podemos afirmar si una persona tiene un cuerpo o rostro bello, con otro que no lo sea tanto. Es interesante tambien saber que esa percepción cambia cuando entra en juego un sentimiento... Todavia recuerdo cuando una amiga me dijo que se habia enamorado del ser más "horrible" del planeta, pero que ella lo veía muy distinto a como el resto del grupo lo veíamos. Por lo tanto, cada persona encuentra ese punto de belleza en la otra, y que aprecia. Como una vez dije en clase. "La belleza depende de quién lo mire, y cómo lo mire".

Josep Peaceforever dijo...

Una reflexión muy interesante... ¿y aún queda pendiente un pregunta ¿La belleza está en lo físico? ¿Somos nuestros físico?

Un abrazo.

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