Buscando pareja

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Nuestra educación no consiste tan solo en lo que nos enseñan de forma reglada en las escuelas y demás centros docentes, hay cosas, aspectos de nuestra vida, que aprendemos de las relaciones con los demás, de lo que vemos hacer a los adultos que nos rodean y de lo vivimos en nuestras casas y en los sitios por donde nos movemos. No entro ahora a juzgar si eso está bien o mal, simplemente sé que es así, aunque puede que no sea lo mejor, es lo que hay. Y uno de esos aspectos en nos tenemos que entrenar por nuestra cuenta y riesgo es el de formar pareja. Además los adolescentes LGBT, como comentaba hace poco, en el momento en que los héteros están haciendo su aprendizaje, estamos tan ocupados en ocultarnos que nos quedamos sin hacer ese aprendizaje, y llegado el momento en que nos planteamos la necesidad de una compañía estable nos damos cuenta de nuestra ignorancia, entonces nos hacemos miles de preguntas como ¿Cuáles son los buenos criterios para elegir pareja? ¿Qué es importante? ¿Cómo buscarla? Etc.

Seguramente lo primero a tener en cuenta es que no hay que tener es prisa. La prisa puede llevarnos a la precipitación, y la precipitación, al fracaso. De hecho creo que la pareja no se tiene que buscar. Creo que se encuentra cuando toca, que no el que más busca la encuentra más pronto ni mejor, simplemente se angustia más. Me parece que es más bien una cuestión de estar a punto, siempre disponible, que iniciar la búsqueda en un momento dado. No se debe olvidar que a la ocasión la pintan calva porque no se puede coger por los pelos.

Esta disponibilidad significa interesarte en conocer a las personas de tu entorno, relacionarse con ellas, darte a conocer, mostrarte con naturalidad e intentar profundizar con cada una de ellas hasta donde creas conveniente... Creo que el resto sale solo. A última hora el cortejo es algo innato, instintivo, en el mundo animal. Que sea innato no significa que uno deba entrenarse. Un entreno que desarrolla con naturalidad el adolescente, probando y conociendo su capacidad de seducción, conociendo a distintas parejas, buscando y encontrando los límites, aprendiendo en cada ruptura de los propios errores e incluso de los ajenos... Entrenamiento que muchos jóvenes LGBT no hicieron en su momento.

Al fin y al cabo lo único que en realidad controlas o puedes controlar es a ti mismo, por tanto, es lo único sobre lo que puedes actuar. Yo creo que la clave puede estar en respetar y considerar (en el sentido de tener en cuenta i de hacerle caso) a todos y en especial a las personas de las que nos enamoramos. Me parece que a todos nos llena que nos consideren importantes, que nos valoren positivamente, ya que todos buscamos el reconocimiento de nuestra valía. Y este reconocimiento puede salir de tu consideración. A veces sólo es cuestión de interesarse por su vida. Si buscas amor lo único que puedes hacer es darlo, así como "el que siembra viento recoge tempestades", el que siembra amor puede acabar encontrándolo, consiguiéndolo.

La base de las relaciones humanas está en el respeto mutuo y creo que eso no se puede ser tolerante, así como sé debemos respetar a los demás, debemos exigir un respeto absoluto por nuestra persona. Nadie tiene derechos sobre nosotros más que nosotros mismos. Una relación que no se sustente en un respeto absoluto por mi persona, es en realidad un abuso por parte de la otra persona y una renuncia a mi mismo por mi parte y eso me parece inaceptable. Por eso digo que en eso no se puede ser tolerante.

Los humanos como tales, tenemos tanto virtudes como defectos. Conocer a una persona significa tener claras sus virtudes y sus defectos y quererla quiere decir aceptar-los, tanto virtudes como defectos, y lo que cuesta especialmente de aceptar son los defectos. Eso significa que hay que querer a la persona tal como es, sin querer cambiarla. Sé que a lo que es bueno y nos gusta nos acostumbramos enseguida, a veces incluso cometemos el error de creernos con derecho a ello y nos olvidamos de que en realidad es una gracia dada, que lo tenemos gracias al otro. Mientras que lo que nos fastidia, nos jode cada vez más, lo tenemos siempre presente, acabamos no viendo otra cosa, y llegamos a odiarlo. Y eso, dicho así, forma parte de la forma de ser de la persona, por lo tanto, es difícil de evitar.

Amar a alguien comportará pues aceptar sus defectos y debilidades, y lo único que podemos hacer es intentar apoyarle, darle soporte a vencerlas si lo quiere y a disimularlas ante los demás evitando ponerle en evidencia. Amar a alguien comportará también dejarle vivir su vida y respetar sus espacios. Amar a alguien comportará básicamente compartir con ella lo bueno que haya en ti, tus buenos momentos y, en definitiva, tu felicidad. Me parece más importante que sepa lo mucho que aporta a tu vida, lo importante que es para ti, y los valores positivos que tiene, que el intentar corregir esos defectos y manías que tanto te joden y que por otro lado tenemos todos inevitablemente, puesto que nuestro cometido no es el de educarlo. No confundamos las cosas. Así pues tener pareja es, en definitiva, aceptar a otra persona en todos sus aspectos para compartir con ella vuestras vidas en un absoluto respeto mutuo.

Un abrazo.

2 comentarios:

Solitario dijo...

Pues son cosas muy ciertas las que dices, es una reflexión muy interesante. Pienso que habremos muchos buscando ese componente en las relaciones humanas, pero que es lo qué las vuelve tan complejas o qué es lo que genera las asimetrías entre las personas, haciendo que estás no logren comprenderse. Y se produzcan así las rupturas.

Son muchas preguntas para respuestas que de pronto no todos podemos responderlas. Me hago en parte los mismo razonamientos que tú, pero también reflexiono sobre como las personas sopesan lo momentáneo y la rapidez versus la trascendentalidad, y la complementariedad humana. No todos cuestionan o paran para sentir como sienten su afectividad-emocional, tal vez eso explique las rupturas, la incomprensión y a veces el daño a sabiendas mismas de que nos hacemos daño a nosotros mismos.

Los desacuerdos, y el avanzar hacia nuevos pasos...uno a veces se lo pregunta y no comprende. Es la superficialidad plástica algo mejor que la compresión y esa complementariedad-afectiva.

Sin duda, es cierto como tú lo dices que lo mejor es ir a nuestro tiempo pues el apresurarse sólo genera frustraciones en el largo plazo, aunque admito que dejar el tiempo correr también nos mata de ansiedad.
Son varias cosas, que complejos seremos los seres humanos, y más aún serán complejas nuestras relaciones como parte del colectivo LGBTI, que lo mutuo y lo empático es difícil de encontrar, y claro de llegar a acuerdo.

Gracias por la reflexión, gracias por hacerme mover mis tuercas, la inteligencia emocional es un componente clave aquí.

Un abrazo.

Josep Peaceforever dijo...

Solitario: Tan solo con haberte hecho reflexionar ya estoy contento.

Me ha gustado mucho lo que comentas, aunque yo tengo el convencimiento que en realidad las relaciones humanas son menos complejas de lo que creemos y que nos las complicamos nosotros mismos.

Muchas gracias por pasarte y muy especialmente por el comentario.

Un abrazo.

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