Dicen los sabios y estudiosos que para que el niño pueda llegar a ser hombre debe despegarse de sus padres como el barco de guerra debe despegarse del buque nodriza para poder entrar en combate.
Puede que la adolescencia consista fundamentalmente en eso, separarse de los padres, del buque nodriza y empezar a navegar solo con lo que uno aprendió en su infancia… Aunque se asegura que en la adolescencia uno olvida su infancia y empieza de nuevo, su infancia, la educación que se recibió, sigue ahí…
No sé si lo que nos hace despegar es nuestro despertar sexual o si el despertar sexual se produce como consecuencia de nuestro despegue (¿Qué fue primero el huevo o la gallina?). La cuestión que nuestro cuerpo está en plena ebullición hormonal, en absoluto desarrollo y empezamos a intentar navegar en esa barquita gobernada por tres patrones que tienen intereses distintos: el instinto, la emotividad y el raciocinio. Y ahí empieza el viaje a Ítaca.
El adolescente se caracteriza por la falta de experiencia. Para casi todo hay una primera vez, y en la adolescencia uno acumula la primera vez de muchas cosas… Cada primera vez es una aventura, es el primer trazo en la página en blanco. Estrenamos buena parte de nuestra vida… En la adolescencia puede ser todo tan emocionante, tan intenso, tan instintivo, tan emotivo, tan irracional…
Dicen que la experiencia es lo que uno aprende de sus errores, que los aciertos nos suelen enseñar poco o casi nada, aunque alimenten nuestra autoestima. Uno debe ser capaz de aprender de sus errores, creo que eso es madurar… De hecho, yo recomiendo al que desee aprender que no tenga miedo a equivocarse, siempre que de cada error sepa extraer una enseñanza. Es decir, cuando una cosa va mal no busques un culpable busca donde estuvo o estuvieron los errores y aprende de ellos.
Muchos adolescentes (también muchos adultos) viven cada error como un fracaso, no como enseñanza y por ahí se pierden. Pierden la oportunidad de vivir la vida. Porque para ellos cada fracaso es un abandono, una renuncia. Conozco a quien tras el primer fracaso amoroso potente ha renunciado a enamorarse, a amar. Muchas veces tengo la tentación de decir disfrutad vuestros errores, pero me corta pensar que se pueda entender como una crueldad, o como una broma…
Claro que un adolescente se siente desorientado e inseguro. No comprende bien que pasa con los tres patrones de su barca. Recibe muchos mensajes, con frecuencia contradictorios... Creo que la clave es no tener miedo. Puede que aún no sepa que emprendió su viaje a Ítaca, el largo camino de la vida, y no conozca el rumbo que debe tomar ni como decidir el buen rumbo… No pasa nada, sólo hay que estar dispuesto a correr el riesgo de equivocarse y a aprender de esos errores.
Recuerdo que un día, tendría yo 13 años, descubrí que mi padre no era más que un señor bajito, con gafas y calvo que no tenía más de media hostia (quiero decir que no era muy fuerte). Creo que ese día inicié mi adolescencia y hasta los 25 años mi vida fue una hermosa aventura, superemocionante llena de descubrimientos, de alegrías y de penas, de éxitos y fracasos, sobretodo de fracasos, pero siempre interesantísima…
Un abrazo.
(Este texto fue escrito para Luckitas el 21/7/2008 y publicado en mi blog el 10/9/2008)
Puede que la adolescencia consista fundamentalmente en eso, separarse de los padres, del buque nodriza y empezar a navegar solo con lo que uno aprendió en su infancia… Aunque se asegura que en la adolescencia uno olvida su infancia y empieza de nuevo, su infancia, la educación que se recibió, sigue ahí…
No sé si lo que nos hace despegar es nuestro despertar sexual o si el despertar sexual se produce como consecuencia de nuestro despegue (¿Qué fue primero el huevo o la gallina?). La cuestión que nuestro cuerpo está en plena ebullición hormonal, en absoluto desarrollo y empezamos a intentar navegar en esa barquita gobernada por tres patrones que tienen intereses distintos: el instinto, la emotividad y el raciocinio. Y ahí empieza el viaje a Ítaca.
El adolescente se caracteriza por la falta de experiencia. Para casi todo hay una primera vez, y en la adolescencia uno acumula la primera vez de muchas cosas… Cada primera vez es una aventura, es el primer trazo en la página en blanco. Estrenamos buena parte de nuestra vida… En la adolescencia puede ser todo tan emocionante, tan intenso, tan instintivo, tan emotivo, tan irracional…
Dicen que la experiencia es lo que uno aprende de sus errores, que los aciertos nos suelen enseñar poco o casi nada, aunque alimenten nuestra autoestima. Uno debe ser capaz de aprender de sus errores, creo que eso es madurar… De hecho, yo recomiendo al que desee aprender que no tenga miedo a equivocarse, siempre que de cada error sepa extraer una enseñanza. Es decir, cuando una cosa va mal no busques un culpable busca donde estuvo o estuvieron los errores y aprende de ellos.
Muchos adolescentes (también muchos adultos) viven cada error como un fracaso, no como enseñanza y por ahí se pierden. Pierden la oportunidad de vivir la vida. Porque para ellos cada fracaso es un abandono, una renuncia. Conozco a quien tras el primer fracaso amoroso potente ha renunciado a enamorarse, a amar. Muchas veces tengo la tentación de decir disfrutad vuestros errores, pero me corta pensar que se pueda entender como una crueldad, o como una broma…
Claro que un adolescente se siente desorientado e inseguro. No comprende bien que pasa con los tres patrones de su barca. Recibe muchos mensajes, con frecuencia contradictorios... Creo que la clave es no tener miedo. Puede que aún no sepa que emprendió su viaje a Ítaca, el largo camino de la vida, y no conozca el rumbo que debe tomar ni como decidir el buen rumbo… No pasa nada, sólo hay que estar dispuesto a correr el riesgo de equivocarse y a aprender de esos errores.
Recuerdo que un día, tendría yo 13 años, descubrí que mi padre no era más que un señor bajito, con gafas y calvo que no tenía más de media hostia (quiero decir que no era muy fuerte). Creo que ese día inicié mi adolescencia y hasta los 25 años mi vida fue una hermosa aventura, superemocionante llena de descubrimientos, de alegrías y de penas, de éxitos y fracasos, sobretodo de fracasos, pero siempre interesantísima…
Un abrazo.
(Este texto fue escrito para Luckitas el 21/7/2008 y publicado en mi blog el 10/9/2008)
4 comentarios:
Estos dias estuve pensando en mis primeras veces y que todas ellas se produjeron en mi adolescencia. La primera vez que me senti diferente, que llore por eso, que ame, que goce del cuerpo de alguien mas, que sonrei, que vivi. Y todo eso lo hice solo, junto a mi familia, pero solo.
El viaje que uno inicia desde la adolescencia es de uno y nadie ams puede subirse al barco. Aunque podemos llevarlos en un bote salvavidas como sombras esperando que los necesitemos.
beso enorme...hermoso texto.
Fantástico artículo Josep ;) Me ha encantado ^^ Y creo que ayudará a mucha gente a pensar un poquillo... :D
Un abrazo!!!
Muy buen post Josep, me ha gustado. En especial la parte en la que dices "Conozco a quien tras el primer fracaso amoroso potente ha renunciado a enamorarse, a amar. Muchas veces tengo la tentación de decir disfrutad vuestros errores, pero me corta pensar que se pueda entender como una crueldad, o como una broma…" o la parte en la que te das cuenta de que tu padre no es un superhéroe sino un humano normal y corriente.
Creo que todos pasamos por eso. :)
Joe:
Muchas gracias, me alegra que te haya gustado.
Tu comentario me hecho pensar en ese sentimiento de soledad que nos acompaña toda la vida, en lo difícil que es comunicarnos, compartir nuestras emociones. Dicen que esa es la gracia de las artes, de los artistas (pintores, escultores, escritores, etc,) el saben comunicar emociones...
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Fernando:
Muchas gracias, me alegra que sea de tu gusto...
Oía hoy por la radio a un psicólogo decir que los adolescentes son egocentristas, que se ven el centro del mundo. Creo que ese no es tu caso, tu siempre estás pensando en los demás. Eres una maravilla.
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Seu:
Muchas gracias, me alegra que te haya gustado. Uno no siempre acierta.
La imagen del día en que vi a mi padre como un humano cualquier la tengo gravada en el cerebro y podría describir, el ambiente, el lugar, la luz, la temperatura y lo que estaba pasando en ese momento...
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Muchas gracias a todos por haberos pasado y en especial por los comentarios.
Un abrazo.
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