Si no lo digo...

Si no lo digo... EXPLOTO.

¿Y entonces? No, no suele haber un 'Boum' porque... o lo decimos o lo callamos. Pero, ¿qué es mejor hacer?

Sólo quiero que quede claro que es mi opinión. Las dos opciones son muy válidas y respetables. Si callamos, si nunca decimos nada, siempre nos quedará la duda. Siempre soñaremos con que podría haber pasado lo mejor o lo peor, pero sin tener nunca la certeza y quizás, en un futuro, supiéramos la verdad y nos diésemos cuenta de que cometimos el mayor error de nuestra vida por no decir algo, unas simples palabras, decir algo que sentíamos...

Por el contrario, podemos levantar la cabeza, abrir los ojos y hablar. La respuesta negativa ya la tenemos, podemos asumirla... podemos decir, 'no va a salir bien, no va a salir bien...' y que cuando salga mal pensar 'ya lo sabía' o si sale bien alegrarnos y sorprendernos. Pero arriesguémonos. Hay que jugar, y apostar y correr el riesgo y perder para valorar lo que ganemos...

Sé que no es fácil, que hay que sacar fuerzas de donde no las hay. Sólo quiero exponer los hechos, las verdades. Porque paseo por los pasillos de mi instituto, escucho conversaciones.... y todos, todos los adolescentes tenemos la extraña tendencia a exagerar pequeños problemas, o a juntarlos y hacer una gran bola. Pero, si cambiamos la perspectiva, sólo son pequeños problemas con pequeñas y simples soluciones.

Hablar de manera sincera, confesar algo, es difícil. Pero no imposible. Desde un te amo, hasta un me pareces una persona realmente genial, pasando por el me gustas, me atraes, eres guapo/a, me apetece darte un abrazo, quiero besarte... todo es complicado de articular. Lo sé porque hace algún tiempo yo le confesé a alguien que me gustaba. Se lo dije y no obtuve respuesta, ni positiva ni negativa. Resultó que esa persona ya tenía pareja...

Estoy vivo. Estoy bien. Al principio el golpe puede doler, la herida escocer. Pero sobreviviré. Es más, ya he sobrevivido. Y seguiré haciéndolo porque creo sinceramente que lo que nos hace sobrevivir en este mundo es creer que podemos sobrevivir.