Todos los otoños, tocaba hacer la misma tarea: El cambio de ropas. Constía en sacar de los arcones las mantas, las alfombras, las cortinas más espesas, los abrigos y a cambio meter todas aquellas cosas que por frescas no iban a utilizar hasta el año siguiente. Como muchas eran de peso, Pascual solía ayudar a su madre. Así pues entre eso y el instituto la semana pasó rápido.
Hacía un tiempo que sus compañeros los domingos iban a lo que llamaban "ver las chicas" que no era otra cosa que dar vueltas por la plaza en un sentido mientras ellas lo daban en el inverso. Esto le aburría enormemente y prefería quedarse en su casa. Pero como ese día hacía un sol tan agradable se animó a salir, y de camino a la plaza se encontró con Matías y éste le soltó:
-Tu relato es con diferencia el mejor de todos.
-¿Que haces tu leyendo lo que yo escribo?...Se supone que era un ejercicio para tu padre... -Bueno, digamos que el nunca echa la llave a su despacho y yo entro y salgo cuando quiero...Pero de veras que me gustó tu historia, era muy original. Me sorprendío que escribieras algo así...Yo pensaba que eras un beatillo anticuado....como tu madre.
-¡Y yo pensé que tu eras un listillo arrogante!
-No te enfades, Pascual...Vente, te invito a mi casa a jugar una partida de Continental. En mi familia es el juego de cartas que más nos gusta, y si vienes tu será más divertido.
Así pues, una tarde que empezó sin mucha gracia, acabó siendo de las mejores de los últimos tiempos. Aquella familia era genial, tenían temas de conversación de lo más diverso, aunque alguna de las cosas que decían le parecían demasiado rompedoras...bueno y si su madre las oyera hubiese puesto el grito en el cielo...En esa casa eran muy distintos a lo que él conocía, allí no hacían las cosas por obligación, si no porque realmente estaban convencidos de que había que hacerlas...
De hecho se hizo una costumbre que fuera a jugar todos los domingos a las cartas. Poco a poco fue conociendo más y más a la familia....¡Cuántas experiencias había vivido Matías!...como su madre era francesa se había criado en París, y dominaba esa lengua de maravilla...aunque lo que más le gustaba era cuando éste le cantaba canciones francesas...eran tan bonitas y tan distintas, sobre todo para alguien como él, acostumbrado sólo a oir coplas y zarzuelas...
Nantes, Bordeaux, Lyon, Clemont Ferrand, Chambéry, Marseille...sobre todas esas ciudades le contaba historias de personajes ilustres, anécdotas, le describía los edificios, imitaba el habla de las gentes....porque en Francia había la costumbre de ir a visitar sitios en vacaciones...¡Que envidia! Él apenas había salido de Castilla...y el único viaje interesante que recordaba fue a Santander, en vida de su padre, que aprovechando unos negocios lo llevó a ver el mar...
Los domingos pasaron a ser el mejor día de la semana para Pascual.
Llegó la navidad, y la expectativa de unos días de decanso ilusionaba a todos los alumnos del instituto, sin embargo antes debían pasar por el mal trago de las notas. Pascual las tuvo buenas, y Matías también, a excepción de las Ciencias Naturales, así pues pidió a Pascual si en el siguiente trimestre podía ayudarlo, y éste accedió encantado...¡era su asignatura preferida!
Es increible lo rápido que se pasan las vacaciones, y más las de la Navidad que son un continuo ir y venir de parientes, convites, visitas...Apenas vió a Matías en esos días, pues éste y su familia se habían ido a Sevilla, de donde era su padre...Se sorprendió cuando conoció su procedencia, no tenía ningún acento andaluz...
Al comenzar el segundo trimestre fijaron el Jueves como el día de las Ciencias. Matías no dejaba de mirar a su amigo, mientras éste se extasiaba explicando esta planta, o aquella roca, a veces parecía que ni siquiera le atendía, sólo le miraba...
En los recreos normalmente iba en busca de Matías pues era, sin lugar a dudas, con quién más le gustaba estar, además siempre tenía una anécdota o una historia que contarle...y aunque a veces le hacía rabiar metiéndose con sus esquemas algo tradicionales, en realidad sentía que le hacía pensar...
Entrada ya la primavera hubo un domingo en que Matías estaba sólo en su casa pues sus padres habían ido a la capital a una manifestación y como era un poco aburrido jugar los dos a las cartas, le enseño un juego nuevo: Tendrían que comunicarse aquella tarde únicamente por mimos.
Jamás Pascual había reído tanto como aquella tarde...Acabaron tan cansados que se tumbaron un rato en la cama de Matías, y éste echó el brazó sobre su amigo, a la vez que acurrucaba la cabeza sobre su hombro...Pascual no dijo nada, ni hizo nada...
En la evaluación de Semana Santa Matías tampoco aprobó las Ciencias, cosa que sorprendió a Pascual pues su amigo era muy inteligente y lo entendía todo a la primera...pero bueno, aún hasta el verano habría la oportunidad de que las sacara. Mientras tanto seguirían viéndose los jueves...Total a él le gustaba el rato que pasaban juntos.
Cuando en mayo llegó el buen tiempo y los días se alargaron, tomaron la costumbre de ir los sábados por la tarde en bicicleta a ver los alrededores del pueblo.
La primavera de 1936 era cada vez más convulsa en los temas políticos, y los padres de Matías apenas estaban ya los domingos en casa. Así pues aprovechaban unas veces para jugar a los mimos, otras a decir una frase y adivinar de qué personaje era, a poner la radio y gesticular lo que decían los actores del serial...Pero lo que siempre hacían era descansar juntos la última media hora. Matías había tomado la costumbre de acariciar a Pascual...
Continuará...
Hacía un tiempo que sus compañeros los domingos iban a lo que llamaban "ver las chicas" que no era otra cosa que dar vueltas por la plaza en un sentido mientras ellas lo daban en el inverso. Esto le aburría enormemente y prefería quedarse en su casa. Pero como ese día hacía un sol tan agradable se animó a salir, y de camino a la plaza se encontró con Matías y éste le soltó:
-Tu relato es con diferencia el mejor de todos.
-¿Que haces tu leyendo lo que yo escribo?...Se supone que era un ejercicio para tu padre... -Bueno, digamos que el nunca echa la llave a su despacho y yo entro y salgo cuando quiero...Pero de veras que me gustó tu historia, era muy original. Me sorprendío que escribieras algo así...Yo pensaba que eras un beatillo anticuado....como tu madre.
-¡Y yo pensé que tu eras un listillo arrogante!
-No te enfades, Pascual...Vente, te invito a mi casa a jugar una partida de Continental. En mi familia es el juego de cartas que más nos gusta, y si vienes tu será más divertido.
Así pues, una tarde que empezó sin mucha gracia, acabó siendo de las mejores de los últimos tiempos. Aquella familia era genial, tenían temas de conversación de lo más diverso, aunque alguna de las cosas que decían le parecían demasiado rompedoras...bueno y si su madre las oyera hubiese puesto el grito en el cielo...En esa casa eran muy distintos a lo que él conocía, allí no hacían las cosas por obligación, si no porque realmente estaban convencidos de que había que hacerlas...
De hecho se hizo una costumbre que fuera a jugar todos los domingos a las cartas. Poco a poco fue conociendo más y más a la familia....¡Cuántas experiencias había vivido Matías!...como su madre era francesa se había criado en París, y dominaba esa lengua de maravilla...aunque lo que más le gustaba era cuando éste le cantaba canciones francesas...eran tan bonitas y tan distintas, sobre todo para alguien como él, acostumbrado sólo a oir coplas y zarzuelas...
Nantes, Bordeaux, Lyon, Clemont Ferrand, Chambéry, Marseille...sobre todas esas ciudades le contaba historias de personajes ilustres, anécdotas, le describía los edificios, imitaba el habla de las gentes....porque en Francia había la costumbre de ir a visitar sitios en vacaciones...¡Que envidia! Él apenas había salido de Castilla...y el único viaje interesante que recordaba fue a Santander, en vida de su padre, que aprovechando unos negocios lo llevó a ver el mar...
Los domingos pasaron a ser el mejor día de la semana para Pascual.
Llegó la navidad, y la expectativa de unos días de decanso ilusionaba a todos los alumnos del instituto, sin embargo antes debían pasar por el mal trago de las notas. Pascual las tuvo buenas, y Matías también, a excepción de las Ciencias Naturales, así pues pidió a Pascual si en el siguiente trimestre podía ayudarlo, y éste accedió encantado...¡era su asignatura preferida!
Es increible lo rápido que se pasan las vacaciones, y más las de la Navidad que son un continuo ir y venir de parientes, convites, visitas...Apenas vió a Matías en esos días, pues éste y su familia se habían ido a Sevilla, de donde era su padre...Se sorprendió cuando conoció su procedencia, no tenía ningún acento andaluz...
Al comenzar el segundo trimestre fijaron el Jueves como el día de las Ciencias. Matías no dejaba de mirar a su amigo, mientras éste se extasiaba explicando esta planta, o aquella roca, a veces parecía que ni siquiera le atendía, sólo le miraba...
En los recreos normalmente iba en busca de Matías pues era, sin lugar a dudas, con quién más le gustaba estar, además siempre tenía una anécdota o una historia que contarle...y aunque a veces le hacía rabiar metiéndose con sus esquemas algo tradicionales, en realidad sentía que le hacía pensar...
Entrada ya la primavera hubo un domingo en que Matías estaba sólo en su casa pues sus padres habían ido a la capital a una manifestación y como era un poco aburrido jugar los dos a las cartas, le enseño un juego nuevo: Tendrían que comunicarse aquella tarde únicamente por mimos.
Jamás Pascual había reído tanto como aquella tarde...Acabaron tan cansados que se tumbaron un rato en la cama de Matías, y éste echó el brazó sobre su amigo, a la vez que acurrucaba la cabeza sobre su hombro...Pascual no dijo nada, ni hizo nada...
En la evaluación de Semana Santa Matías tampoco aprobó las Ciencias, cosa que sorprendió a Pascual pues su amigo era muy inteligente y lo entendía todo a la primera...pero bueno, aún hasta el verano habría la oportunidad de que las sacara. Mientras tanto seguirían viéndose los jueves...Total a él le gustaba el rato que pasaban juntos.
Cuando en mayo llegó el buen tiempo y los días se alargaron, tomaron la costumbre de ir los sábados por la tarde en bicicleta a ver los alrededores del pueblo.
La primavera de 1936 era cada vez más convulsa en los temas políticos, y los padres de Matías apenas estaban ya los domingos en casa. Así pues aprovechaban unas veces para jugar a los mimos, otras a decir una frase y adivinar de qué personaje era, a poner la radio y gesticular lo que decían los actores del serial...Pero lo que siempre hacían era descansar juntos la última media hora. Matías había tomado la costumbre de acariciar a Pascual...
Continuará...
4 comentarios:
Me gusta la historia y como la narras. Mientras, esos chicos se van aproximando, se acerca julio del 36.
Confieso que en esas circunstancias yo tampoco habría querido aprobar las ciencias.
Un abrazo.
Me huelo un amor apasionante por aquí metido, pero no pensé pas que estuviera basado en una época tan "Lejana" xD ^^ nOS VEMos
Sigue así, que sepas que quiero leerme los otros capítulos
Jo, que bonito U_U
-Peace for ever: jajajaja...ya verás lo que pasa con las ciencias ;)...
-Bacteria: Me ha resultado dificilillo ambientar la historia en aquella época o_O...he hecho una mezcla entre lo que me contaban mis abuelos, las pelis, y el comocdín de la wiki...xD. Espero no meter mucho la pata :$
-Seu: Me alegro que te gustara... :):)
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¡Gracias por vuestros comentarios! :)
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