"Una piedra de buen tamaño, que relucía desnuda lavada por la lluvia, se hallaba en un lugar elevado, rodeada de flores de muchos colores, en el borde de un huerto que daba a un camino pedregoso. Después de mirar durante largo rato a las piedras del camino, sintió el deseo de dejarse caer entre ellas.
- “Qué hago yo aquí entre las plantas- se preguntó -. Debería de estar ahí abajo, con las de mi clase”.
De modo que rodó hasta el fondo del terraplén y se unió a las demás. Pero las ruedas de los carros, los cascos de los caballos y los pies de los minantes no tardaron en reducirla a un estado de continua aflicción. Todo pasaba por encima de ella o la golpeaba. A veces, al verse sucia de barro o de excrementos de animales, alzaba la vista un poco – en vano – hacia el lugar que había abandonado: aquel lugar de soledad y plácida felicidad.
Eso es lo que le seduce a todo aquel que decide abandonar la vida solitaria y contemplativa, para descender junto a gentes de infinita perversidad"
Códice Atlanticus, Leonardo da Vinci.
Leer esto en el muro de Facebook de una amiga es una de esas pequeñas sorpresas que llenan de alegría tu día.
Me pareció como la vida misma ya que, muchas veces, nos sentimos como esa piedra en lo alto. Tan solos, tan alejados de los nuestros y tan rodeados de extraños, sin darnos cuenta de lo bien que podemos estar solos.
Siempre queremos y luchamos por estar con los nuestros, nos lanzamos muchas veces sin calcular y acabamos "con los de nuestra clase" pero somos pisoteados, y nos hunden en el barro. Sí, somos impulsivos y muchas veces incapaces de ver las cosas con perspectiva, pero somos como somos.
Simplemente me gustó este fragmento porque me hizo reflexionar y quería compartirlo con vosotros.
6 comentarios:
Totalmente de acuerdo, pera cruzar el río hay que arriesgarse y si se requiere mojarse... Participar tiene eso, que hay parte buenas y otras no tan buenas.
Muchas gracias, me ha gustado mucho eso de pringarse para participar.
Una abrazo.
Interesante reflexión, aunque la vida está lleno de todo eso, de decisiones que impactarán en nuestras vidas de diversas maneras; al final de todo creo que podremos aprender mucho de cada experiencia que vivamos por las decisiones que tomemos. Asumir con optimismo lo que venga.
Pues sí, me ha gustado mucho el fragmento.
A veces cuando nos sentimos solos pensamos que la razón es porque estamos lejos del resto.
Lo cierto es que de un modo u otro siempre estamos solos ( pese a que haya mucha gente a nuestro alrededor), e imitar al resto de personas no nos va a hacer sentir mejor, sino que va a ser peor; porque seguirás sólo, pero sin hacer lo que tú realmente quieres.
Saludos, me hago miembro ;)
Me llevo el texto de la piedra insatisfecha y caprichosa, aunque tiene distintas moralejas, creo yo, pero es interesante.
Igual me apunté como seguidor de este blog.
Ahora invito a quienes vienen a este sitio de paz por siempre para que vengan a mi blog La huella del ojo y se apunten de seguidores ahí.
Un abrazo.
La inocencia, la pureza, la espontaneidad, la honradez, la bondad. ¡Qué cosas, eh!
"Vale más mi sueño que el dinero, puedo vivir de una alegría, de aquí pallá colecciono recuerdos, tú cuéntame cómo es tu vida" que diría la canción.
Imagina la cara de ese chavalito de 15 años, modosito, amable, generoso, recién llegado a un instituto. Tendrá que sobrevivir. "En este mar de gentes, es infeliz cualquiera". No quieres ser el "friki", "el marginado", quedas a deshoras, te tomas una cervecita, te dejas llevar, lo quieras o no, cambias; te cambias, por algo.
Un abrazo querido amigo Seu.
Les comparto.:
www.epocaencambio.blogspot.com
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